FAUNA DE SOTOS Y RIBERAS
Parte de la comarca de Los Monegros, está cruzada
por ríos, en los que en algunos lugares el soto se halla bien conservado.
En esos lugares aparece fauna de lugares húmedos y fauna de origen
centroeuropeo, que, de hecho, nada tiene que ver con la fauna monegrina.
Aparecen peces, como carpas (Cyprinus carpio), barbos (Barbus bocagei)
y bermejuelas (Rutilus arcasii). En los lugares de agua más limpia
el pez fraile (Blennius fluviatilis) puede ser abundante.
Por supuesto, se enriquece notablemente el número de especies de
anfibio, con rana de San Antonio (Hyla arborea) y sapo partero (Alytes
obstetricans).
Entre los reptiles más típicos de este medio, estan las
dos culebras de agus, la culebra viperina (Natrix maura) y la culebra
de collar (Natrix natrix). El galápago leproso (Mauremys leprosa)
se encuentra todavía bien representado en el barranco de la Valcuerna,
mientras que el galápago europeo (Emys orbicularis) puede haber
desaparecido de Los Monegros.
El soto es rico en especies de aves, entre las rapaces, quizás
la más típica, el gavilán (Accipiter nisus) y el
alcotán (Falco subbuteo). Entre las rapaces nocturnas, aprovechando
nidos viejos de urracas y cornejas, el búho chico (Asio otus) es
frecuente, así como el autillo (Otus scops).
No faltan los dos pájaros carpinteros más frecuentes, el
pico picapinos (Dendrocopos major) y el pito real (Picus viridis), oradando
la madera blanda de los árboles ribereños. En los nidos
abandonados, criarán abubillas (Upupa epops) y estorninos (Sturnus
unicolor).
Entre las mas bellas aves del soto, aunque raras veces visible, está
la oropéndola (Oriolus oriolus).
El papamoscas gris (Muscicapa striata) es, en verano, presencia obligada,
así como el carbonero común (Parus major), el herrerillo
común (Parus caeruleus), el agateador común (Certhia brachydactyla)
y el chochin (Troglodytes troglodytes).
En los sotos también prosperan ginetas (Genetta genetta), fuinas
(Martes foina) y tejones (Meles meles). Los jabalíes (Sus scropha)
encuentran en el soto un lugar adecuado para refugiarse y revolcarse en
barro, como remedio contra los parásitos. Pero la especie más
importante de todas, casi extinguida y en la actualidad recuperándose
con cierta fuerza, es la nutría (Lutra lutra).
En los lugares desprovistos de vegetación, con amplias playas de
cantos rodados, no es raro encontrar nidificando al chorlitejo chico (Charadrius
dubius) y al andarrios chico (Actitis hypoleucos).
Los carrizales, en remansos y desagües de azarbes, albergan al ruiseñor
bastardo (Cettia cetti), al carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus)
y al carricero común (Acrocephalus scirpaceus). En juncales próximos
al carrizal, canta incansable el buitrón (Cisticola juncidis).
Hay que cuidar los maltratados ríos monegrinos y hacer todos los
esfuerzos posibles para que sus aguas sean lo más puras que se
pueda, ya que poseen una riqueza ecológica y paisajística
difícil de encontrar en otros lugares.
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